Algunas entradas:

lunes, 5 de junio de 2017

El apego: la regulación diádica de la emoción


Referencia
Sroufe, A. (2000). Desarrollo Emocional. México, D.F.: Oxford University Press. Capítulo 10: El Apego: La Regulación Diádica de la Emoción.
Síntesis y principales conclusiones
El apego se puede traducir como un constructo emocional que se forma a lo largo del primer año de vida e incluso poco después, capaz de regular la emoción del bebé y que genera un lazo afectivo entre este y sus cuidadores. Durante los primeros seis meses, puede hablarse de signos involuntarios de parte del bebé que recibe los cuidados del adulto a su cargo, quien se encarga de identificar estos signos; sin embargo, a partir de los seis meses y hasta el año de vida, es el bebé quien dirige específica e intencionalmente estos comunicados. Un signo de que existe una relación de apego entre un adulto y el bebé es la angustia por la separación, y similar a esta, la “base segura” que implica un desplante mayor del bebé en donde se sepa vigilado por el cuidador, además de un trato preferencial hacia estas personas.
Bolwy es el primero que define el apego como un sistema de la conducta, que no disminuye sino que se modifica su manifestación en la medida en que el bebé va madurando. Establece diferencias entre el vínculo de apego y las conductas de apego, la primera se refiere a la organización particular de ciertas conductas en relación con la persona que cuida al niño, y al papel especial de esta organización diáctica para la regulación emocional.
Este es un proceso gradual y mutuo, en que el bebé debe recibir estimulación y trato para que pueda desarrollarse más plenamente. Es también considerado emocional y afectivo, puesto que conjuga factores no sólo cognitivos y de cercanía, sino que también se adentra con el desarrollo de los sentimientos y emociones del menor, lo que fortifica el vínculo. En la medida que crece, el bebé comienza a tomar distancias para explorar el mundo por su propia cuenta. El distanciamiento físico, sin embargo, no equivale a un distanciamiento afectivo, ya que, como se ha mencionado, es el cuidador parte de la base segura y la zona confortable, donde recurre el menor ante cualquier señal de peligro. Este período de distanciamiento y exploración, definen las diferencias individuales, que son, en conjunto con lo anterior, la base de la formación futura del niño y el adulto, pues define en gran parte la forma en que establecerá lazos en futuro.
Breve comentario
El texto, en general, da cuenta de que el establecimiento consciente y tratado de relaciones y apego con el bebé, le significará a este un mejor desplante emocional, conductual y también de una consciente regulación del menor en sí mismo a futuro, además de que son la base de la autoconfianza que es esencial para un desarrollo aún más pleno.
Citas textuales
“Este compartir afectivo es una parte medular de la relación de apego, el depósito de experiencias positivas que está en la base del vínculo afectivo entre la mayoría de los niños y las personas encargadas de ellos” (Sroufe, 2000, p.213).

“El apego no es algo que el niño tiene. No es una necesidad ni un motivo. En consecuencia, no hace que el bebé haga algo. Más bien, el apego se refiere a un sistema conductual, seleccionando por su efecto en el éxito reproductivo de los individuos en el entorno donde evolucionan” (Sroufe, 2000, p.216).

“La confianza en la persona que lo cuida se transforma en una confianza en el yo junto con dicha persona y, al final, en una confianza en sí mismo” (Sroufe, 2000, p.229).

“… los niños con historias de apego seguro habrán de participar de situaciones que tienen el potencial para excitarlos emocionalmente, y expresarán directamente sus emociones, en virtud de que éstas por sí mismas no son amenazadoras y hay que esperar que los demás las traten como mensajes” (Sroufe, 2000. P.233)

“… la conducta es siempre un producto complejo de la experiencia pasada y las circunstancias actuales” (Sroufe, 2000, p.235).




Por Stephany Parra G.

No hay comentarios:

Publicar un comentario